El maridaje que más nos gusta en otoño nos llega de la mano de un gran sumiller. Raúl Igual, Mejor Sumiller de España 2010, nos propone cinco vinos que maridan a la perfección con las elaboraciones propias de esta estación: damos la bienvenida a los guisos, a las crucíferas y a la contundencia.
Por Esther Ibañez
En este maridaje de otoño que nos trae Raúl Igual los vinos están a la par. Se abren paso las largas crianzas, tanto en blancos como en tintos y los vinos generosos, aquellos que se antojan perfectos para las largas sobremesas en días desapacibles.
Maridaje de otoño en el primer plato
La primera propuesta de maridaje que nos hace Raúl Igual es un lomo de salmón, un pescado en el que el punto de cocción se antoja clave. Por ello en el restaurante Yain lo cocinan con un soplete en el momento, en la sala, frente al comensal.
Es la mejor manera de conservar su textura grasa, sellando el exterior como si de un tataki se tratase. Acompañan al pescado una hamburguesa de habitas aderezada con un Ras-El Hanout que el chef elabora con distintas especias en el propio restaurante. El toque cítrico lo da una salsa de naranja y una emulsión de aceitunas verdes.
El maridaje de otoño que nos sugiere Raúl Igual es Tricó (D.O. Rías Baixas), el vino blanco para acompañar a este plato de salmón. Una expresión del albariño madura, donde se aprecia el trabajo con las lías y lo bien que le sienta al vino su redondeo en botella.
Maridaje sorprendente en el segundo plato
Seguiremos con uno de los tótems de la cocina de este restaurante de Teruel, y por ende símbolo del pescado de interior: el bacalao.
El lomo de bacalao que desalan diariamente en Yaín, en su punto justo de sabrosura y terneza, se sirve sobre un fondo de crema ligera de coliflor.
Otra de las verduras clave del invierno, la lombarda salteada, aporta tanto su sabor como su colorido vestido a este plato. Han querido buscarle, desde las cocinas del Yaín, una guarnición que aporte contenido respetando al bacalao, el producto principal.
¿Y el vino? Sorprendente. Un largo viaje por el Mediterráneo nos lleva al vino que propone el sumiller Raúl Igual: Chateau Musar, (Valle de Beqaa, Líbano).
Un fabuloso blanco de larga crianza, que ha pasado cuatro años en barricas usadas y otros tantos redondeándose en botella.
Un vino blanco para un maridaje único que pide servirse a 12-14º y que copia maneras de un tinto. Se elabora con dos variedades de uvas blancas la Obaideh (emparentada con la Chardonnay) y la Merwah (emparentada con la Semillón).
Seguimos: maridaje del tercer plato
El siguiente plato funciona como un pre-carne en el menú degustación del restaurante que nos ocupa. Son unas manitas de cerdo cocidas, que se deshuesan y se envuelven en forma de canelón.
Se cortan finamente en forma de círculos y se saltean. Sobre ellas se sirve el gambón a la plancha. Esta suerte de mar y montaña descansa sobre un fondo de patata de Cella y se salpica con un fondo concentrado elaborado con los huesecillos de las manitas de cerdo.
Pocos vinos son tan capaces de contentar la intensidad de un plato así como lo hace un oloroso. Raúl Igual nos lleva a Jerez para elegir un Lustau Almacenista Pata de Gallina que tiene una edad media que ronda los treinta años.
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