Los vinos españoles más conocidos son tradicionalmente los tintos, pero desde hace ya varios años el mercado global está reconociendo albariños, godellos, garnachas blancas y otras variedades típicas del territorio español. Si bien los verdejos son los más apreciados para el mercado de volumen, hay muchas joyas que vas a querer descubrir (algunas también son verdejos). Sigue leyendo y haz espacio en tu vinoteca (o en tu nevera, si no tienes una nevera de vinos como tal).
Glòria Vallès
Crecí con el Sauvignon Blanc que mi padre plantó en Penedés para mi madre, gran amante de esta variedad. En los años noventa las variedades internacionales eran las más buscadas, pero por suerte la tendencia ha cambiado y cada vez más lo local cobra fuerza. Esto ocurre no solamente en el mercado del vino, también en alimentación, moda y otras industrias. La pandemia ha acelerado este cambio de interés, en parte porque nos ha hecho más conscientes de cuan grave es la evolución del cambio climático.
En el caso de los vinos blancos, las variedades que se han revalorizado – si bien esto no es nuevo, sí es la primera vez que hablamos del tema en Wine Style Travel – son las variedades autóctonas, con una gran explosión de la garnacha blanca en Terra Alta, Cataluña, y la Godello en Valdeorras, Galicia. Verdejo y Albariño ya tenían una larga trayectoria en cuanto a su reconocimiento, y el boom de los vinos blancos ha producido cambios tan celebrados como el de 2018 en DO Ribera del Duero, cuando la Denominación de Origen permitió elaborar vinos blancos con la variedad Albillo Mayor.
También en DOCa Rioja se empezaron a promover más los vinos blancos, si bien la región cuenta con verdaderas joyas históricas del panorama vitícola español, como el Viña Gravonia de López de Heredia. Rioja permitía desde 1925 elaborar vinos blancos con viura, garnacha blanca y malvasía, y a principios de los dos mil incorporó tres variedades autóctonas – Maturana blanca, tempranillo blanca y turruntés – y otras internacionales – sauvignon blanc, chardonnay y verdejo-.
¿Por qué cada vez hay más interés por las variedades de uva autóctonas?
Antes de pasar a la selección de los vinos blancos españoles recomendados para este mes de calor y playa, es interesante comprender por qué las variedades autóctonas son cada vez más apreciadas, sean tintas o blancas. Una razón muy importante es la revalorización de lo local.
Después de años de globalización (la llamada MacDonalización de la sociedad según el sociólogo George Ritzer), vuelve el interés por preservar lo propio y consumir productos de proximidad. Hemos visto como la globalización ha traído consigo elementos muy positivos para las economías y sociedades modernas, pero también ha sido responsable de la pérdida de riqueza cultural y de la uniformización de las sociedades. Esto está cambiando, y la necesidad de ser sostenibles, preservar el planeta y evitar la pérdida de riqueza cultural y social está llevando a un consumo más responsable y auténtico.
La sostenibilidad es por lo tanto un elemento clave en esta elección, puesto que las variedades autóctonas toleran mejor el castigo del cambio climático. Se adaptan al terroir y son más resistentes a los cambios bruscos de temperatura o a fenómenos naturales drásticos. Es el caso de la garnacha, una variedad resistente a la falta de agua, muy adecuada para una España que cada vez es más seca y desertizada.
Ahora sí, vamos a los vinos blancos para disfrutar durante el mes de Julio :-)
1. Lledoner Roig d’Espelt Viticultors
Si bien Roig significa rojo en catalán, este vino de la DO Empordá es un vino blanco elaborado con garnacha tinta (lledoner roig). Es un blanc de noirs en el que el mosto no macera con las pieles y por lo tanto no absorbe el color de las mismas. Los seis meses que pasa en contacto con las lías le dan una textura muy agradable en boca sin perder el frescor con el que nos recibe al primer sorbo. Un vino perfecto para los platos de pescado blanco o el marisco.
Precio: 23 euros
2. Rodrigo Méndez Cíes
Un albariño de Rías Baixas que sorprende por su acidez refrescante. Tiene seis meses de crianza en barrica pero en él lo que destaca es su carácter vibrante y la mineralidad. Perfecto para servir con un pescado de carne un poco grasa, tipo atún o salmón, lograrás un equilibrio perfecto en la armonía.
Precio: 15 euros
3. Louro do Bolo de Rafael Palacios
Si hay un vino que siempre recomiendo es As Sortes de Rafael Palacios, y Louro do Bolo es su hermano pequeño. Un godello de DO Valdeorras con un 8% de Treixadura, refrescante y complejo a la vez. Crece en viñedos de más de 40 años plantados en suelos de orígen granítico en Val do Bibei, a 700 metros de altitud. Una excelente elección si buscamos un godello de muy buena calidad a precio excelente.
Precio: 17 euros
4. Font Jui de Finca Mas Escorpí, Gramona
Un Xarel·lo 100% con certificado biodinámico del que solamente existen poco más de 5 000 botellas. Xarel·lo es una variedad autóctona de Penedés, tradicionalmente conocida por formar parte de la tríada del cava. Hace ya varios años que esto dejó de ser así: la variedad Xarel·lo tienen una gran capacidad para envejecer bien y sus vinos nos brindan experiencias fantásticas.
Precio: 14 euros
5. V Malcorta Verdejo Singular de Javier Sanz
No podía faltar un Verdejo en esta lista. Si bien no es una de mis variedades favoritas, es una de las variedades blancas más vendidas, seguramente porque son suaves y muy aromáticos. Además, este vino de Javier Sanz vale mucho la pena :-)
Javier Sanz es reconocido por su mínima intervención en el viñedo y su compromiso con la revalorización del territorio, conservando viñedos pre filoxéricos y variedades autóctonas.
La Malcorta es una uva verdejo casi extinta y ahora rescatada por Javier Sanz en este vino, Malcorta V.
Precio: 20 euros.
6. San Roman Malvasía de Mariano García
La bodega que elabora este vino es San Román Bodegas y Viñedos, pero su enólogo, Mariano García es muy conocido por su labor en Bodegas Mauro. Desde 1994 realiza micro vinificaciones en DO Toro, una región muy cálida de Castilla y León.
La Malvasía es una de las variedades más antiguas y aporta al vino aromas de camomila, hierba seca y muy buena textura. «La Malvasía tiene la capacidad de mantener siempre frescura y acidez para equilibrar el clima cálido de Toro», comentaba Ferrán Centelles presentando este vino recientemente en una cata privada.
Precio: 42 euros
7. Cims de Porrera Vi de Vila
Una garnacha blanca con picapoll y pedro ximénez muy singular. Este vino lo elaboran Marc y Adriá Pérez en Porrera, donde cuidan viñas de más de 100 años y con rendimientos extremadamente bajos (300 a 500 gramos por vid).
Es un vino sorprendente, fermentado en barricas nuevas y tinas de cemento, y criado en tinas de cemento y damajuanas de cristal. Creatividad sin fin, ¿te lo vas a perder?
Precio: 16 euros
FOTO: @ Javier Sanz Viticultor
