Y del Nuevo Mundo saltamos al Viejo Mundo, a un clásico que es quizás el vino más excepcional de la cata: Château Cheval Blanc 2010.
Un vino elaborado en la mítica bodega de Saint Émilion, Burdeos, por Pierre Lurton. Enólogo joven que también es responsable de Chateau d’Yquem.
La experiencia termina con Toro Albalá Don P.X. Convento Selección 1946. “Este vino es excepcional porque procede de una sola añada, 1946, no tiene solera”. Encontramos en él un vino blanco muy dulce, un postre en sí mismo.
¿Por qué 100 puntos Parker?
Al final de la cata, Anna Vicens, Presidenta de la Asociación Catalana de Sumilleres, pregunta lo que probablemente muchos tenemos en mente y nadie expresa abiertamente en el momento: ¿Qué diferencia hay entre un vino de 90 y uno de 100 puntos Parker?
“Mi respuesta no es científica: un vino de 100 puntos me parece mejor”. Luis Gutiérrez deja abierta así la respuesta a una incógnita compartida por muchísimos bodegueros y catadores sobre cómo se logran puntuaciones elevadas en los rankings.
Si de algo no queda duda, es que un vino con 100 puntos tiene una gran carga emocional. Nos mueve el corazón, nos hace sentir. Josep Roca, sumiller del Celler de Can Roca, lo expresa así: “estos son vinos que hacen palpitar el corazón de manera elevada”.
La poesía de Josep Roca es el broche de oro para cerrar una cata única: “Lo que hemos probado es una secuencia de estratos totalmente distintos que permiten una complementariedad para dar vida a la Belleza”
“Estos vinos son grandes y tienen emoción dentro”. Y cerrando con las palabras de Josep Roca la velada sigue con un delicioso catering del Celler de Can Roca, una experiencia gastronómica para no olvidar.
No queda más que agradecer a Vins y Licors Grau que nos brindara esta experiencia. Una cata con vinos difíciles de encontrar, en una vinoteca en la que estos vinos con 100 puntos Parker son solamente siete de las 12,000 referencias que ofrece la firma. Vale la pena perderse entre sus pasillos o en su tienda online para descubrirlos.
Estar a tus anchas.