La co-creación forma parte desde hace años de las estrategias de marketing de las grandes firmas. Ya no se trata solamente de escuchar al consumidor, sino de hacerlo partícipe de la creación del producto. Las redes sociales y la pandemia han cambiado nuestra forma de entender el mundo, y Cultivare de Vallformosa lo ha captado a la perfección.
Redacción
Cultivare, los vinos más premiados de Vallformosa, ha creado su nueva imagen tras consultar a más de 5.000 personas de todo el mundo y poner a un algoritmo a trabajar. La bodega lidera así la inmersión del mundo del vino en el marketing de co-creación.
Las etiquetas ya no se diseñan en las agencias de publicidad, igual que Instagram es espacio de creación para todos, Vallformosa convierte su nuevo lanzamiento en un taller creativo para todos sus fans.
Con esta iniciativa importada de otros sectores y que por fin llega al mundo del vino -¿has visto ya el hashtag #NikeByYou donde puedes compartir tus propias creaciones?- Cultivare ha querido rendir homenaje a un año de silencio que ha cambiado nuestra forma de vivir y de entender la Naturaleza.
FOTO: @ Vallformosa
Inspiración y co-creación para el época Post Covid
La inspiración viene del silencio que se ha convertido en el gran protagonista de nuestras vidas durante la pandemia. Un silencio y unas nuevas normas sociales que han cambiado nuestra forma de vivir, de relacionarnos y de entender el mundo. Por ello, para la elaboración de las nuevas etiquetas de Cultivare, se ha creado arte sin tinta, y se han trabajado las creatividades desde el elemento que mejor representa el vacío: un agujero.
Una encuesta a más de 5.000 personas y un algoritmo
Utilizando una narrativa basada en preguntas, Cultivare de Vallformosa propuso a más de 5.000 personas de todo el mundo que participaran en la elaboración de las etiquetas. ¿Cómo? Digitalmente, como no podía ser de otra forma.
La encuesta tenía cinco preguntas y tres posibles respuestas vinculadas a la Naturaleza y la Cultura. A partir de las respuestas obtenidas, un algoritmo creó un patrón que se convirtió en el diseño de cada etiqueta. El algoritmo permite hacer cálculos matemáticos sobre las respuestas y obtener una solución al problema, y eso es básicamente lo que hizo Cultivare: programar un algoritmo capaz de encontrar una etiqueta que representara a todas las personas.
La bodega construyó una máquina para la ocasión que perforaba cada patrón en la etiqueta dando como resultado miles de etiquetas diferentes. Además, el patrón también es una melodía, donde cada hoyo es un acorde y se construyó una caja de música capaz de leer todas esas notas creando una melodía.
Vallformosa lleva varios años innovando en el marketing del vino en nuestro país, y este es un paso más en el liderazgo de su equipo para demostrar que lo imposible es posible. Ahora cada vez que abramos una botella de Cultivare, podremos sentir esa música acompañando nuestra mesa :-)
FOTO: @ Vallformosa
Suscribirse para recibir novedades por correo
Nombre completo
Correo electrónico*
Enviar