Los dulces portugueses son joyas de la gastronomía lusa. País famoso por sus pescados —especialmente el bacalao— y por sus vinos, entre los que destacan sus legendarios vinos de Oporto, cualquier comida en un restaurante de Portugal debe llevar como colofón alguno de los postres típicos del país.
Redacción
Portugal es internacionalmente conocido por sus vinos, pero la gastronomía portuguesa nos ofrece experiencias deliciosas en las que no pueden faltar los dulces típicos portugueses. Te presentamos algunos de los más famosos, así como las pastelerías donde mejor los elaboran.
Pastel de Belém, Lisboa
Entre la deliciosa gastronomía de la capital lusa (no te puedes perder su bacalhau à brás) destacan los dulces portugueses, con los pastéis de Belém. Estos pequeños pasteles de crema y hojaldre tienen su origen en el histórico barrio de Belém, situado en la desembocadura del río Tajo.
Los pasteles de Belém son uno de los dulces portugueses más populares, y puedes encontrarlos a lo largo y ancho del país, aunque su origen está en la Fábrica de los pastéis de Belém donde se sigue elaborando una fórmula que lleva siendo secreta desde el año 1837.
La Cafetería-Pastelería Pastéis de Belém es el mejor lugar para probar estos exquisitos postres portugueses durante tu visita a Lisboa, tanto para saborearlos in situ en su acogedor y elegante local como para llevártelos y comerlos mientras visitas los rincones llenos de encanto del barrio.
Queijadas de Sintra
Postre típico de Portugal consistente en un pequeño dulce elaborado con queso, huevos, azúcar y leche. Aunque producidas en diferentes puntos de Portugal, las queijadas más famosas son las de la ciudad de Sintra.
Este delicioso dulce portugués ya era conocido en esta localidad en el siglo XIII, aunque no fue hasta el XVIII cuando comenzó a funcionar la primera fábrica especializada
Las más famosas son las que sirven en la Casa Das Queijadas, situada en la Avenida Miguel Bombarda de Sintra.
Torta de Viana
El postre más típico de la norteña localidad de Viana do Castelo tiene un origen conventual. Muy parecido al brazo de gitano, está elaborado con huevos, azúcar, harina y maicena.
Puedes probar este exquisito dulce durante todo el año, aunque si visitas la localidad de Viana en el mes de abril y coincides con el Fin de Semana Gastronómico de Viana do Castelo, puedes aprovechar para degustarlo en compañía de los mejores productos de la región.