Fillaboa en las dos añadas que hemos probado, 2016 y 2017, es vino blanco que nos traslada con sus aromas directamente a la DO Rías Baixas. Albariño clásico, elegante y fresco a la vez.
PANEL DE CATA: SARA VALENZUELA, MIGUEL ANGEL GARROTE, LLUÍS ROMERO Y GLÒRIA VALLÈS
El Fillaboa 2017 es un vino de Pago, un albariño de elegante color amarillo, racial y expresivo procedente de Masaveu Bodegas. Limpio y brillante, en él destacan principalmente aromas primarios, propios de la fermentación a baja temperatura, que recuerdan a la fruta de hueso, a la fruta blanca y incluso a ligeros toques cítricos.
La entrada es ágil y envolvente gracias a una integrada acidez y una buena sensación corpórea. La intensa carga frutal, apreciada en nariz, se confirma con un retrogusto intenso de recuerdos a melocotón, a albaricoque, a nectarinas, a piña madura.
La persistencia, para deleite de nuestros sentidos, es apreciable y elegante dejándonos la sensación de que este es sin ninguna duda un buen vino.
Dadas las características de este albariño, el reposo en botellero en condiciones de cava, favorecerá la aparición de aromas más complejos y rico en matices.
Dos añadas de Fillaboa, dos expresiones distintas
En ambas añadas Fillaboa 2016 y Fillaboa 2017, disfrutamos con estos vinos de la expresión del albariño de Galicia. Todo lo que esperamos de un albariño de calidad.
Si en la elaboración del Fillaboa 2017 el enólogo ha tratado justamente de potenciar los aromas primarios, en el Fillaboa 2016 hay sin duda una expresión clara de los aromas secundarios propios del contacto con las lías.
En Fillaboa 2017 se hizo una fermentación en acero inoxidable a baja temperatura, y dejando al final el vino en contacto con las lías. En Fillaboa 2016 se utilizaron levaduras autóctonas seleccionadas, y el vino se mantuvo sobre las lías finas durante 13 meses.
Dos expresiones de una sola variedad que nos permiten disfrutar de ambos vinos en momentos y con maridajes que podrían ser bien diferentes.
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