Expresivos, intensos y por encima de todo respetuosos con el entorno. Así son los vinos de Qalidès, asociación que reúne a varias bodegas esenciales de la Denominación de Origen Penedès para defender el terroir. Son vinos de finca de 14 bodegas diferentes entrelazadas en una propia voz.
Por Rafa Moreno y Glòria Vallès
Familia, paisaje y una rica herencia cultural son los denominadores comunes de las bodegas que forman parte de la Denominación de Origen Penedès. Familia, porque muchas de estas bodegas pasan de padres a hijos en un acto de amor al presente y fe en el futuro. Paisaje, porque la montaña de Montserrat acaricia el cielo que vemos desde sus viñedos, y el mar Mediterráneo está muy cerca de algunos de ellos; y un legado cultural que hace del nuevo Penedès un mosaico de vides y perfiles enológicos tan dispares como atractivos.
La historia vitivinícola del Penedes tiene más de 2.700 años de vida. El vino ha sido desde siempre parte de su cultura e identidad. Recordemos aquel fantástico libro del gran escritor norteamericano Noah Gordon, La Bodega, que presentó entre los viñedos de esta región para rendir tributo a su pasado.
Si bien es en Languedoc, Francia, a finales del S.XIX, donde el protagonista de La Bodega conoce la pasión por la elaboración del vino, esta misma pasión es la que comparten los bodegueros, enólogos y propietarios de las bodegas de Qalidès en Penedès.
Noah Gordon ambientó la novela en la España de finales del siglo XIX y recreó en ella el «fascinante» mundo del vino que le hizo amar este país. Una «carta de amor» a España, a sus gentes, su cultura y sus vinos como el mismo Noah Gordon dijo.