Brasil es más conocido por las playas que por la gastronomía, y plantearnos un viaje gastronómico a este destino no está, de entrada, en la agenda de ningún foodie. Pero si profundizamos en las raíces indígenas del país y aprendemos un poco más de su historia, nos daremos cuenta de que el Nordeste de Brasil está lleno de platos dispuestos a contarnos algo de la cultura brasileña.
Por Glòria Vallès
«En aquel año 1925, cuando floreció el idilio entre la mulata Gabriela y el árabe Nacib, la estación de las lluvias se prolongaba más de lo normal y los fazendeiros, asustados, se paraban al cruzarse unos con otros en las calles, con el miedo en los ojos y en la voz: – ¿No parará? Se referían a las lluvias, ya que nunca se había visto tanta agua descendiendo desde el cielo, día y noche, casi sin intérvalos».
Así comienza un libro que me enamoró hace años, «Gabriela, cravo e canela«, un clásico de la literatura brasileña escrito por el gran Jorge Amado, escritor orginario de Salvador de Bahía y reconocido internacionalmente. Su éxito literario «Gabriela, clavo y canela» nos transporta a la época de oro del cacao en Brasil, en la región de Ilheus (ubicada a 300 km al Sur de Salvador de Bahía) que es donde floreció y se expandió esta industria.
Esta novela costumbrista de Jorge Amado nos muestra exactamente cómo la industria del cacao transformó la vida de los brasileños y la historia de Brasil. Pero el cacao obviamente ya existía antes de su industrialización.
El cacao es originario de lo que se conocía como Mesoamérica, que va desde México a Costa Rica, donde lo consumían las tribus olmecas hace más de tres mil años. Los mayas incluso lo utilizaron como moneda, y fue con la conquista de España a tierras americanas que el cacao llegó a Europa, donde se transformó añadiéndole caña de azúcar para endulzar su sabor amargo original.
Volviendo al Nordeste de Brasil, Ilheus es parte de la Costa del Cacao y un buen comienzo para una ruta gastronómica por el país. Desde aquí podemos ir subiendo por la costa pasando por Pernambuco, Ceará, Maranhao y llegando hasta Marajó, una isla de más de 50,000 km2.
Marajó es el lugar donde el Río Amazonas se empieza a mezclar con las aguas del Océano Atlántico en la costa de Brasil. Aquí podemos observar la vida salvaje y, en esa fuente de inspiración auténticamente amazónica, experimentar los diferentes sabores de su exótica cocina.
Pero antes de llegar a Marajó tenemos varias paradas deliciosas por el camino, entre ellas la capital de Bahía, Salvador. Nuestro viaje gastronómico por el Nordeste de Brasil deberá incluir una deliciosa Muqueca de Salvador de Bahía, una sopa de mariscos y pescado que nos hará llenar el alma y el estómago. La cocina bahiana es una de las cocinas más emblemáticas de Brasil, tiene gran influencia africana y utiliza mucho el aceite de dendé, la leche de coco y las especies.
Si decides alojarte una noche en Salvador de Bahía y disfrutar de su cultura afroamericana local. Si piensas hacer este viaje te recomiendo el Hotel Villa Bahía, en pleno barrio del Pelourinho.