Siendo ellas las protagonistas, queremos preguntarte justamente sobre ellas. De las 50 mujeres … ¿alguna te sorprendió por su determinación?
Katia Alvarez (Martín Códax) me decía que el vino es un ser vivo y repetir el proceso nunca te asegura el mismo resultado. A parte, las añadas en esa zona son complicadas, pero aun así, hacen grandes blancos de Rías Baixas.
O Irene Alemany (Alemany i Corrió) por las ganas y la luchadora que es. La veo muy mamá, la típica mujer pulpo: no sé cómo lo hace, pero llega a todo y saca minutos para su familia y para elaborar grandes vinos en un garaje del Penedes.
… ¿por su pasión?
Maria Luisa Cuevas, de Ferratus, me enamoró por lo pequeñita que es la bodega y el ruido que hacen. Además ella elabora grandes vinos, con identidad. Y en las redes sociales, son de las cuentas que más difusión dan a este mundo tan maravilloso.
… ¿por su compromiso con el terroir?
Sara Pérez, vive por y para este mundo. Sus vinos los bebo porque me gusta beberla a ella. Muero de amor con esta moza prioratina.
«SARA PÉREZ VIVE POR Y PARA ESTE MUNDO. SUS VINOS LOS BEBO, PORQUE ME GUSTA BEBERLA A ELLA»
… ¿cuál de ellas está más conectada con el mundo digital, en el que tu te mueves tan bien?
Carme Casacuberta y su hija Carlota, las veo dando mucha caña en las redes (Vinyes d’Olivardots). Lo hacen muy bien, a parte de ser grandes promesas para el futuro. Elaboran como dioses, en una tierra excelente.
… ¿cuál de ellas te pareció una catadora extraordinaria?
Mi amiga y amada Mar Galván. De las mejores que he conocido catando, a parte que tiene una nariz que pocos tenemos. Una reina privilegiada.
… ¿te llamó la atención algún proceso de elaboración en particular?
Hace poco tuve el honor y el placer estar en una de las bodegas icono del país: Vega Sicilia con Begoña Jovelar. Lo que tienen montado allí… es único. No me extraña que sean de los vinos más cotizados del mundo.
¿Alguna anécdota que hayas descubierto de las grandes reinas del vino que quieras y puedas revelar?
A la hora de pedir fotos para el libro, algunas me mandaban selfies o fotos con los niños de viaje. También recibí fotos de la pareja cenando… Imagínate mi cara al verlas, me partía de risa… Pero me encanta la gente auténtica.
¿Cuáles son los valores que entre todas las Reinas de Copas representan?
Generosidad, modestia.. todas son excepcionales y amables. Y valentía, valor por el cual están en mi libro.
Habiendo hablado con tantas mujeres del vino, y conociendo tan bien el sector, ¿qué crees que falta en España para potenciar y reconocer el talento femenino en el mundo del vino?
En España hace falta el cambio de generación y creeros vosotros mismos que aquí tenéis cosas únicas. Nada que envidiar a nadie a la hora de diferenciarse de otros países que producen y elaboran vinos, como por ejemplo la historia, las variedades autóctonas, la gente maravillosa que hay en España, la diversidad cultural y de climas y suelos.
Creo que el vino se ha de servir en fiestas, bares, olvidarse de tópicos y disfrutar de esta bebida tan mágica. Y también ir con los amigos y familia a visitar, hacer turismo del vino, enoturismo. Descubrir historias y lugares de España que os hipnotizarán como a mi.
Sabemos que viajas mucho por los vinos, ¿hay alguna región a la que volverías siempre, sin cansarte de repetir?
Galicia me tiene embrujado. La zona de Ribeiro me parece magnífica, Ribeira Sacra es un sitio que admiro mucho por su gente, los paisajes… Y los vinos de las Islas de Canarias me hacen pensar que estoy en el planeta Marte (y a veces no quiero volver). El Priorat lo visito casi semanalmente y viviría allí para siempre. Hay pocas zonas realmente que me dejan indiferente y no me ablandan el corazón.
Si para escribir tu próximo libro pudieras tomarte tres meses y pasarlos en una región vinícola para inspirarte… ¿cuál sería el destino elegido?
De España me iría a las Islas Canarias, la playa y el sol, me hacen desnudarme fácil… soy un facilón… Se ríe…
En Hungría, iría a Tokaji, volvería a mis orígenes.
Y en Alemania iría a la zona del rio Mosela, sería el viaje de mi vida.
En Portugal, a la zona de Azores. Me pirra el volcán activo y los vinos blancos que salen de allí.
Y en China iría a la zona de Shandong, al norte de Shanghai o a Yantai, que tiene gran calidad de vinos con más de 150 variedades de cepas diferentes autóctonas.
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